MARÍA, MADRE DE DESAMPARADOS


“Madre de los desamparados: que cuantos contemplen las llamas ardientes de tu Corazón sientan como ese fuego abrasador los une más a Ti y por Ti se sientan unidos a Jesús”.
(Madre Mª Elvira de la Santa Cruz)
            


 En algún momento de la vida, ya sea infancia, juventud, edad adulta o ancianidad, las personas experimentan el desamparo. Ello es necesario para que la propia persona conozca que nada puede sin Dios.
 Esta gracia que muchos reciben, no es aprovechada por todos de igual manera.  
 En la Madre Mª Elvira fue un don que la unió más a Jesús. Descubrió en el Corazón Inmaculado de María, inflamado de amor por Dios, el fuego que enriqueció su pobreza y que la hizo unirse con mayor plenitud a Jesús, y éste fue un regalo que no quiso guardar sólo para sí.

 Estamos seguros de que ella está rogando a la Madre de quienes sufren el desamparo, la Santísima Virgen María, que les conceda la misma gracia que ella recibió en la tierra como don del ´Corazón Inmaculado de María.