Corren tiempos recios, hacen falta amigos fuertes


El Maligno entró en todas las realidades sociales, y ahora son muchos los que encuentran gusto en el mal, en la fealdad.
Como serpiente se fue filtrando entre las rendijas del estandarte de la hermosura del mundo humano: el arte y la cultura en todas sus dimensiones.

La música, que siempre fue armoniosa, suave, fuerte y delicada, se convirtió en un terremoto de ruido, y lo que era -y sigue siendo- horrible, ahora lo llaman “música”.

El arte que llenó museos con obras de indescriptible belleza que hacían gustar de la suavidad de los colores, la calidez del hogar, el Amor Creador en hermosos paisajes que elevaban el alma hacia el Paraíso; fue convertido en un barrunto de escombros que ahora llaman esculturas, en ocurrencias” que pusieron al descubierto lo más bajo de ser hombre o mujer y que quieren llamar lenguaje artístico.

Ciertamente que el arte es lenguaje, sí, el más alto grado de comunicación, donde el alma puede expresar lo que las palabras no alcanzan cuando lo que se quiere expresar es lo hermoso y maravilloso de la Creación, del amor de Dios.

Durante los últimos años hemos estado viendo con tristeza y amargura, cómo las universidades y los centros culturales de España y del mundo, son copados por "artistas" que a través de un tipo de actuaciones (rituales) únicamente exaltan lo feo, lo abominable, enseñando con ello a gustar el mal. Llaman arte a lo que son verdaderos ritos blasfemos. Adoran a Satanás.

Si la hermosura eleva al alma hacia Dios y hace que tienda a gustar el bien y buscarlo, la fealdad hunde al alma en el abismo de las miserias y haciendo de la fealdad una costumbre, el ser humano llega a gustar el mal y buscarlo.

No hay ignorancia religiosa en el mundo del arte actual, contemporáneo, modernista o postmodernista. Por parte de cierta clase de artistas hay una perfecta conciencia de lo que hacen, conocen perfectamente el camino que están recorriendo, y saben donde terminará ese camino. Libremente han optado por lo grotesco (aunque ellos lo llamen solidaridad, denuncia, la búsqueda de lo sublime).

La historia  de la humanidad está dividida en una lucha constante, y esto ocurre desde que el mundo es mundo: el mal contra el bien, la maldad contra la bondad. Sociedades muy revueltas donde se busca y se provoca el enfrentamiento social de hermanos contra hermanos de una misma patria, son carne de cañón para la extensión del reino de Satanás, un reino al que sólo le queda el tiempo y el espacio de este mundo actual.

Son sus últimos tiempos y parece desencadenarse con toda su furia contra Aquella que lo derrotará definitivamente cuando concluya este tiempo: la Virgen María su mayor conquistadora de almas; la Iglesia, esposa mística de Jesucristo y dispensadora de la vida de la gracia; y toda persona que rechaza el pecado y gusta del bien, lo desea, lo busca, lo encuentra, lo defiende y lo transmite. 

Corren tiempos recios, también hoy la Iglesia de Jesucristo necesita amigos fuertes, amigos fieles que no se arredren ante las dificultades que amenazan tormenta. Necesita hijos que la defiendan contra los fuertes embates del mundo. 

La Virgen Santísima, San Miguel y todos los Ángeles y Santos de Dios, intercedan por nosotros en esta hora.