El celo por tu Casa me consumirá

La expulsión de los vendedores del Templo

San Mateo

12 Después Jesús entró en el Templo y echó a todos los que vendían y compraban allí, derribando las mesas de los cambistas y los asientos de los vendedores de palomas.
13 Y les decía: «Está escrito: Mi casa será llamada casa de oración, pero la habéis convertido en una cueva de ladrones».
14 En el Templo se le acercaron varios ciegos y paralíticos, y él los curó.
15 Al ver los prodigios que acababa de hacer y a los niños que gritaban en el Templo: «¡Hosana al Hijo de David!», los sumos sacerdotes y los escribas se indignaron
16 y le dijeron: «¿Oyes lo que dicen estos?». «Sí, respondió Jesús, ¿pero nunca habéis leído este pasaje:
De la boca de las criaturas y de los niños de pecho,
has hecho brotar una alabanza?».


San Juan
13 Se acercaba la Pascua de los judíos. Jesús subió a Jerusalén
14 y encontró en el Templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas y a los cambistas sentados delante de sus mesas.
15 Hizo un látigo de cuerdas y los echó a todos del Templo, junto con sus ovejas y sus bueyes; desparramó las monedas de los cambistas, derribó sus mesas
16 y dijo a los vendedores de palomas: «Saquen esto de aquí y no hagan de la casa de mi Padre una casa de comercio».
 17 Y sus discípulos recordaron las palabras de la Escritura:
El celo por tu Casa me consumirá.